Algunos de los integrantes del grupo de vecinos eran los familiares de Máximo Jerez, el niño asesinado, que se acercaron al domicilio de los sospechosos y lo atacaron, lo que motivó la intervención de la policía, que disparó con postas de goma para dispersarlos.
Mientras tanto, la familia de Máximo despidió sus restros este lunes en el cementerio de Rosario tras velarlo en el club «Los Pumas», situado en Cotone 130 bis, en el barrio Los Pumas.
Además, dos de los menores heridos en el mismo episodio, de 2 y 14 años, siguen internados «con buena evolución», mientras que otro más, el chico de 13 años, continúa en terapia intensiva del Hospital de Niños Zona Norte de Rosario.